Tres de las civilizaciones con más riqueza artística y que han influenciado el mundo occidental progresivamente a través de las épocas son las culturas india, china y japonesa.

India se ha constituido como una de las cunas de las costumbres religiosas de los habitantes de todo el globo terráqueo, y muchas de las mismas han sido heredadas a través de la conservación del arte antiguo de esta civilización. India mantiene desde pinturas rupestres del año 7000 a.c. hasta, actualmente, la industria cinematográfica más grande del mundo.

El arte hindú es eminentemente religioso, sin embargo, sus obras están cargadas de una atmósfera erótica, que es una parte fundamental para la visión que quisieron promulgar, de su forma de entendimiento del punto del universo en que habitaban. Por otra parte, es necesario mencionar sus magníficas obras de arquitectura piramidal sobre piedra, que definitivamente poseen un estilo propio, y cuya significancia es difícilmente comprendida por el individuo de occidente. Ejemplos de estas impresionantes obras son el templo de Mahabalipuram y el peñón de los elefantes. Las obras de arquitectura india son sin duda, unas de las mas conservadas y más detalladas de la historia.

La civilización china por su parte también ha establecido unos marcados rasgos culturales que se han mantenido hasta hoy a pesar de ser una de las civilizaciones más antiguas del mundo, China para nosotros los occidentales es algo casi en su mayoría desconocido tanto por su ubicación, su lenguaje y la extrañeza de su cultura. La antigua civilización China se inició por sólo dos dinastías: Xia y Shang,

Desde sus orígenes, el arte chino se ha mantenido en una interesante evolución contínua y uniforme. Si bien se asemeja al arte occidental en su abundante carga de religión y comunión con la naturaleza, los chinos valoraban la caligrafía, la cerámica y la porcelana tanto como a la arquitectura, la pintura y la escultura.

a diferencia de otras civilizaciones en China se ha mantenido un compendio casi exacto de documentos históricos que permiten conocer con exactitud toda su evolución.

El arte que heredan los antiguos japoneses tiene varias particularidades. Además de caracterizarse por ser una síntesis de todas las culturas polinésicas y asiáticas que arribaron a la costa insular, sus formas artísticas llevan un componente inherente de intuición, emocionalidad y sencillez que son mostradas a través de actos simbólicos. El arte japonés está muy ligado con la armonía del universo y la quimera sobre la búsqueda del principio generador de vida.

La simplicidad de la pintura japonesa tiende hacia el dibujo lineal; sin perspectiva y con abundancia de espacios en blanco que sin embargo se integran armoniosamente en el conjunto. Por su parte, la arquitectura es de un estilo único tiene el valor de fusionar perfectamente la simplicidad con la integración de la naturaleza.

La cultura japonesa es una irradiación constante de poesía que, con el ritmo de vida de nuestra actual sociedad, es virtualmente imposible de comprender para los occidentales, que difícilmente logramos hacernos la idea de que en el mundo existen modos de vida con mucho mayor sentido.

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